A menos de 10 días para que culmine el año 2022, expertos insisten en la necesidad que tiene el país de revisar sus políticas económicas con miras a impulsar la generación de empleos y disminuir la dependencia de los subsidios del Estado.
Para el economista y catedrático, Felipe Argote, está claro que el panameño no necesita subsidios o "que lleguen a su puerta a darle un jamón", necesita trabajo y tener su propio dinero para comprar lo que le dé la gana.
Panamá sigue siendo un país rico, lleno de gente pobre, manifiesta el economista, al revisar las proyecciones económicas del país al cierre de año e inicio del 2023.
En sus últimas proyecciones de crecimiento para la región 2022-2023, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estimó en un 8.4% el crecimiento del PIB para Panamá al cierre del año, y en 4.2 % el crecimiento preliminar para el 2023. El Banco Mundial proyecta un crecimiento económico de Panamá por un orden del 5.0%, siendo la más alta de la región centroamericana.
No obstante, la Cepal advierte que para el 2023 se profundice la desaceleración del crecimiento económico en la región y se alcance una tasa del 1.3.%. El riesgo de aumento de las tasas de interés, de depreciaciones de las monedas y el mayor riesgo soberano dificultarían el financiamiento de las operaciones de los gobiernos en 2023, indicó el organismo.
En recientes declaraciones, el gerente general del Banco Nacional de Panamá, Javier Carrizo, calificó el año 2023, como un año de inmensos retos.
Para el experto del sector financiero, Panamá macroeconómicamente está bien, aunque falta mejorar la distribución de la riqueza y reducirlas desigualdades.
Carrizo reconoce las proyecciones de crecimiento, frente a una inflación controlada, en gran parte por los subsidios del Estado, pero que representan un peso al fisco, que no son sostenible en el tiempo y que obliga al país a ser más optimistas, creativos y eficientes.
Ante esta realidad, Argote no ve en la recesión mundial, ni en el incremento en los tipos de intereses, excusas válidas que impidan cambiar el rumbo del país y la realidad económica de las familias panameñas.
"Si habrá una recesión mundial, será menor de lo pensado, porque los países desarrollados están interviniendo para revertir su impacto, mientras el Estado panameño actúa como simple observador, donde lo único que hace es repartir bolsas de comida porque no tiene estrategias", advierte Argote. Asegura que el Estado tiene gente inteligente, pero que sigue esperando que "la mano invisible" resuelva los problemas.
Todo se reduce a la generación de empleo
El Gobierno tiene que ser agresivo en la creación de empleos mediante inversión y obras de infraestructuras, que obligue la formalidad laboral, frente a niveles de salario que están artificialmente bajo, sostiene Argote.
El experto asegura que la economía está hecha un desastre porque el Estado continúa fomentando la informalidad al dejar los impuestos para pagar a los que más dineros tienen, y aumentando el desempleo por falta de inversión. "No es cierto que la forma de mantener los trabajos es empobreciéndolo, con una política de gánate cuatro reales porque, peor es que no tengas trabajo", indicó Argote.
No existe una estrategia y el Estado está equivocándose. En lugar de ir hacia adelante va hacia atrás con un modelo económico de hace más de 15 años atrás, concluye el economista y catedrático,